Cuenta la leyenda que la ciudad de Alba Longa, situada en la orilla derecha del río Tíber, fue fundada por Ascanio, el hijo del héroe Troyano Eneas (hijo de Venus y Anquises) . Sobre esta ciudad reinaron muchos de sus descendientes hasta llegar a Numitor y a su hermano Amulio. Amulio destronó a Numitor y, para asegurarse de que ninguno de sus descendientes le quitase el trono, condenó a su hija, Rea Silvia, a ser sacerdotisa de la diosa Vesta para que permaneciese virgen. Marte, el dios de la guerra y Rea Silvia tuvieron a unos mellizos, que llamaron Rómulo y Remo . Para poder salvarlos, cuando nacieron fueron arrojados al Tíber dentro de una canasta. La canasta encalló en la zona de las siete colinas situada cerca de la desembocadura del Tíber, en el mar. Se acercó a beber una loba que les recogió y amamantó en su guarida del Monte Palatino hasta que fueron encontrados y rescatados por un pastor cuya mujer, llamada Luperca, los crió. A su edad adult...
¡Qué chulo!
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